Ojos de cristal parte 19
El sexo entre Julián y yo era increíblemente bello, nuestra relación era perfecta, la venta de los departamentos iba muy bien, quien se encargaba de mostrar los departamentos era Julián, mi agenda estaba llena, todo iba perfecto hasta que el clima cambió en la playa y fue entonces donde llegó la lección más grande que he recibido en la vida.
-¿no se supone que la playa es para disfrutar del sol? – preguntó Julián
-se supone, pero las inclemencias del tiempo no lo permiten –le respondí.
Ese día me quedé día en la oficina, Susy por la mañana iría a un viaje por la costa con su esposo.
Por la mañana, el clima no era bueno, el cielo estaba completamente cerrado, nublado y tronaba. No sé en qué momento una lluvia se convirtió en huracán. Regresé a la ciudad y por ello estuve lejos de lo que pasó, algo que me costó mucho. Julián llenó mi celular de llamadas y mensajes pero había perdido me celular, y no tuve la delicadeza de marcar a casa o a la oficina.
En le televisión del mi habitación en el hotel vi que el huracán había acabado con todo el pueblo y la playa. De inmediato me dirigí a la playa pero la carretera estaba cerrada, era imposible poder pasar, me quedé en la carretera tres días, sin saber cómo estaba Julián. En una camioneta de la policía pude pasar, llegué al lugar y todo lo que había construido se había ido, era declarada zona de desastre, miles de muertos, por un momento pensé que Julián había sido una víctima pero no fue así.
-mi amor – le grité al verlo caminando en la playa
-¡qué te pasa! - me reclamó - estoy llamándote, esta gente te necesita.
-deja que te explique, aquí tengo dinero para…
-¡cállate! Enrique, todo lo quieres arreglar con dinero ¡Susana está desaparecida! ¡Esto que tanto te costó se vino abajo! Miles de muertos y ¿quieres dar dinero? ¿Para qué?
-no me hables así – le dije llorando – yo solo quiero arreglar esto
-vete, si nada más vienes a tratar de arreglarlo con dinero pues este no es tu lugar, - me dijo y caminó entre los escombros.
Perdí de vista a Julián, me quedé en la playa, mientras él dormía en el departamento de la competencia. Por la madrugada fue a verme a la playa.
-perdón por lo de la tarde – me dijo Julián sentándose a la orilla de la playa.
-tienes toda la razón. Soy un desgraciado que todo lo quiere arreglar con dinero, no sirvo para esto. – le dije lamentando las pérdidas.
-no digas eso – me consoló Julián abrazándome.
-claro, hasta la competencia qué tenía menos presupuesto, construyeron mejores departamentos que nosotros. ¿Cómo es que de un día para otro un huracán acaba con todo esto?
-tu dijiste que era inclemencias del tiempo.
-busca a alguien que valga la pena no como yo, no puedo hacer nada por estas personas, nada por ti – le expresé pasando mi mano por el cabello, estaba desesperado
-¿Qué? ¿Me estás diciendo que te deje? ¿Y dónde quedan esos votos de amor que hicimos cuando nos casamos? Prometimos estar en las buenas y en las malas y yo estoy contigo, Susy va a parecer y todo regresará a la normalidad.
Pasamos la noche en el departamento, debo confesar que es un departamento cómodo pequeño pero seguía en pie.
Me desperté por la mañana con la noticia que el cuerpo de Susy había aparecido junto al de su esposo en unas rocas.
Continuara…
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