estuve encerrado durante mas de cinco meses... me alimentaba de fruta y lo que me mandaran mis amigos...
todo comenzó con la idea de morir de una vez... pero esto de morir como que no es idea mía sino de algún enajenado que no sabe mas que pensar y pensar... temen que van a morir o que sus sueños o realidades morirán...
tenia que escribir algo importante al menos para mí cuando del rincón del cuarto apareció una puerta roja... me levanté y la abrí... tras de ella un mundo precioso existía... entré y al dar un solo paso un hombre idéntico a mí, salió por la puerta... esta se cerró y pude caminar por un valle de tierras rojizas... hombres y mujeres, niños y ancianos, animales y bestias habitaban en aquel valle de árboles y plantas de hermosos colores... un cielo generoso de un Sol brillante parecía ser nuestro amable convidado... quise hablar con uno de ellos pero de mis labios no salía palabra alguna... quise coger un animalillo pero no fue posible, pues, no tenía manos ni boca ni nada... era tan solo como una pequeña estrella que flotaba en aquel paraíso... me gustó ser aquello y me puse a brillar como lo hacen las estrellas cuando del fondo de aquel paraíso se escuchó una voz por la cual todo ser fue acercándose... también yo... y cuando le vi, me di cuenta de que aquel ser era yo... me reí al verle... ¿eres Dios?, pregunté al ser... no, respondió... soy un hombre y no todos pueden serlo... en este cielo llamado ahora...
me alejé de aquel lugar en busca de la puerta roja y apenas la vi salí, y vi que tras de mí entraba una estrella brillante...
estaba en mi cuarto y salí luego de mucho tiempo... fue extraño pues en la casa no había nadie... estaba deshabitada... salí a la calle y noté que aún estaba en un cuelo precioso a pesar de que toda la gente se burlaba de mi suciedad, como un loco abandonado...estaba en el cielo y recién lo sabía... no dejé de amarles hasta el último de todos mis alientos...