CARTA ABIERTA
A MI FUTURO PRESIDENTE



Estimado Candidato:



Me tomo la confianza de escribirle esta carta porque me creo en pleno derecho para hacerlo desde el momento en el que usted, José Luís Rodríguez Zapatero, ha aceptado la difícil tarea de representar, a mi y nuestros conciudadanos, al frente del gobierno de España, desde el cual tomará las no poco difíciles decisiones por las que se regirá nuestro país.

Personalmente, vivo unas elecciones democráticas, más aún si son generales, como este caso, con mucha atención, esperanza, ilusión, un cierto cariño, y por qué no decirlo, como una auténtica fiesta nacional, puesto que es uno de los dos únicos derechos y deberes, que mi propio gobierno me ofrece como ciudadano español. Votar y pagar impuestos. Pagar impuestos y votar. Comprenda usted porqué me satisface más votar.

Y digo esto porque llegados al punto álgido de la campaña electoral, dejo de sentirme persona para ser convertido en cifras de encuestas y sondeos; los españoles pasamos a ser deseados, en cierta forma, por todos aquellos que dicen saber qué necesitamos y cómo representarnos. No puedo negar la grata sensación de sentirme deseado, cada cuatro años, por gente como usted. Pero con el sólo deseo no basta para crear una relación, que crezca y se mantenga en buen estado. Las relaciones son cosa de dos, y ambos deben trabajar para conservar su salud.

Desde que tengo uso de razón colecciono panfletos, cartas, pósters, y sobre todo, programas electorales. Incluso desde antes de poder ejercer mi deber al voto, tenía claro que sería para el partido socialista. Desde mis doce años hasta ahora, ha pasado ya una década plagada de cambios, de altibajos, de tiras y aflojas, de incertidumbre, años, también, de una profunda, para usted, parcial para mi, renovación dentro del PSOE. Pero siempre lo he tenido claro. Mi voto vale una rosa.

Mi hermano pequeño, me ha transmitido una duda que yo no supe responder y quisiera, ahora, trasladársela a usted y los suyos. Tras la pregunta “¿Por quien votamos?” en seguida llegó otra: “¿Por qué?” Ahora le toca responder a usted, señor Zapatero. ¿Porqué debemos darle ese “valioso instrumento que nos hace a todos iguales y libres”?



Probablemente esté harto y cansado de todos los ciudadanos que acuden a usted para contarle sus problemas y desgracias. Yo soy feliz, señor Zapatero, pero me pregunto porqué tengo que conformarme con ser un español de segunda. Por qué como homosexual tengo que estar relegado a un segundo plano, sólo a votar y pagar impuestos.
Llega un momento en la vida de todo ser humano que se siente la necesidad de plantarse y exigir un trato digno e igual, por ello, le digo a usted, que estoy harto de tener que pedir, harto de tener que explicar esos sentimiento naturales que me convierten en diferente. Tan cansado yo de repetirlo, como usted de escucharlo, sólo le pido la igualdad que me ofrece.

Ahora, con voz suplicante y desesperada le pregunto: ¿Por qué me siento tan marginado señor Zapatero?

Le agradezco muy sinceramente el tiempo invertido en leer esta carta, y apelo a su memoria en el momento que llegue a Moncloa. No quisiera despedirme sin antes, darle mi enhorabuena por aceptar ser nuestro candidato y ofrecernos SOLUCIONES AHORA que todavía tienen solución.



Carta de un votante español a José Luís Rodríguez Zapatero antes de las elecciones del 13-M de 2004.


PD.: Para preservar su intimidad, he recortado partes en las que abordaba de una forma personal temas tan importantes como la educación pública, la cultura o la emigración. Me pareció que daba muchos datos biográficos por los que se podía reconocer a la persona autora de esta carta.