Qué puede ser, que con el tiempo te transforma en algo que nunca fuiste tú? He aquí mi dilema, el tiempo nada cura ni nada cambia, si fuese de este modo creo que bastaría con tirarse al suelo y contar nubes, aves o insectos mientras el paso de los segundos y horas te recupera del mal estar. Ja! es risible tal premisa, absurda y abolida con el paso de -irónicamente- los días, meses y años.

Transmutar el plomo en oro no acontese por su propia virtud ni amanece bajo su alero el sol demiurgo por menester de un capricho de Cronos. Es así como las cosas en la quietud y ocio de la eterna espera no cambian ni se oxidan, ni mejoran, ni empeoran, solo existen en agonía tortuosa a la espera aferradas de una vil ilusión; optimistas de si mismas, deseosas de sanar sin llevar tratamiento alguno a sus quejidos.

He aquí mi premisa, para que las cosas cambien han de ocurrir otras cosas que muevan a las primeras cosas. El cambio no es importante, es mas bien refrescante, nadie cambia, nada cambia. La falsa hipocresía es una verdad a medias.