Madre.
De tus entrañas una gota de vida cayó,
Entre relojes aquella niña surgió,
La inocencia hecha vida,
que con desamor se convirtió en heridas.
Madre,
Te dibujo entre mentiras, canciones y poemas,
destinada a una humilde y funesta existencia,
Acongojada y olvidada mi mente lucha contra este dilema,
Mas, no logro encontrar consuelo a tu funesta ausencia.
Madre,
Quiero consolarme en tu mirada,
Pero soltaste mi manito y cegaste mi camino
Solo dejaste huellas que se borraron con el tiempo
Arrastrando como hojas en el viento, este devastador sufrimiento.
Madre,
Invades las solitarias esquinas de mi mente,
como un recuerdo de amor vacío,
Me acurruco entre tus mentiras y engaños,
Abrazada de las desgarradoras pesadillas que reemplazan tu cariño.
Madre,
Dueles cada vez más que la primera vez; como una enfermedad que no tiene cura,
Fluyes a través de mis oscuros pensamientos y recuerdos atormentados.
Atentas lentamente contra mi serenidad y mi cordura,
te pierdes entre reflejos congelados y en el tiempo veo tu retrato desfasado.
Madre,
Una máscara grotesca cubre la saciedad de aquella necesidad materna,
desapareces lentamente entre evanescentes suspiros y caricias,
te descascaras en esta eterna espiral de desvelos
Y como una planta me deshojo entre los pensamientos e ilusiones perdidas
Donde me amaste, o donde sueño que lo intentas...
Madre,
Duermo entre pétalos de una rosa marchita,
Una joven bella que jamás deseó una pequeña vida.
Perdón, porque con mi presencia solo te sentiste maldita,
Perdón, porque tu amor solo me hizo sentir prohibida.
Madre,
Perdón por mi carácter,
Pero por favor deja de buscarme,
Porque también soy mujer
Y este corazón no puede perdonarte
Madre,
Perdón por aquel octubre
Donde tu felicidad se hizo lágrimas,
Y con un desdén miserable y lúgubre,
Consumiste mi frágil autoestima.
Madre,
Quisiera no haber nacido,
Para no romper tu corazón
Ya que este ser malnacido
Fue criado con olvido y negación.
Madre,
Fui golpeada,
Asesinada,
Herida
Y magullada por tu amor …
Madre,
Has muerto en mi mente y corazón
Como yo he fallecido
Una profunda oscuridad me invade
Por un castigo que no he merecido
Madre,
Debo despertar y correr de tu cárcel,
Parar de girar en el carrusel al que nunca pude subir,
Donde guardaste celosamente tu amor de madre,
Para que jamás en la vida y en la muerte pudiera alcanzarte.
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