Pour ma petite princesse, pour son anniversaire.
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Sin duda estás cansada de escucharlo... “Pequeñaja”... Odias esa palabra, ¿no es cierto? Y, sin embargo, te lo dicen. También odias otras palabras.... “Toli”... ¿Por qué lo digo? Es en tono cariñoso, no te mosquees. Pero, sin duda, no es lo único que te dicen... ¡Y no me negarás que das más fluidez a la amistad!
Pero dejemos las trivialidades. Supuestamente esto es un “cuento” y debería serlo. No será como “Los Tres Cerditos” o como “La Caperucita Roja”, con un “Érase que se era...” al comienzo, o un “Y fueron felices y comieron perdices.” por final; sabes que no es mi estilo.
Preferiría un cuento en el que TÚ fueras la protagonista, las cosas te fueran bien, por no decir estupendamente, y ocurrieran cosas que TÚ desearas... Pero entonces yo no sería el autor. Imagínate ese cuento estupendo, con tus recursos, tus recuerdos, y escríbelo si deseas, que yo no lo haré, pues no sé que es lo que tienes en esa cabezota.
“¡Éste tío está tonto!”, pensarás ahora, “Esto no es un cuento, sino una reflexión.” Ahora mismo, paso de lo que parezca; puedes tomártelo como carta o como regalito chachi-guay de cumpleaños. Pero, sólo decirte, que aunque ya tienes los dieciséis años, para mí siempre serás ma petite princesse, la pequeñaja….
Siempre serás tú.
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