Me gusta el gris
como la materia,
pinto mis párpados
con el dorado de las estrellas
y busco el carmín
en los labios que profesan.
Encuentro el plateado
sobre la escarcha de la tristeza
y he creado en mi cabeza
el azul descendente
que yace bajo la conciencia.
Bebo de tu mirada
el café espumoso
frente al espejo incestuoso
y le robo el iris al arco de tus ojos.
El corazón que tengo es moreno
como mi pelo,
se ha tostado al calor del sol
y se impregnó de la sal del mar revuelto,
lo guardé bajo la piel para protegerlo, ¡triste ilusa, no has podido cuidarlo de los sentimientos!
Texto agregado el 28-08-2018, y leído por 101
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