Visitando cada planta descubro que algunas hojas tienen manchas oscuras,

de prisa camino decidida hasta la cocina a preparar una poción para curar,

encuentro un cuenco profundo,

lo roció con polvos de jabón mágico,

abro la canilla de liquido transparente fresco,

se forma una espuma intensa con tal energía que desborda,

comienzo el proceso de sanación causando estupor.

El primero de la lista ha sido el limonero que quedo temblando después del baño.

El jazmín enano de las cuatro estaciones me miro asustado cuando quedo lleno de espuma blanca.

La azalea me vio llegar bien preparada tome envión mientras el agua jabonosa la inundo.

Los rosales se reían viéndolos estornudar al verme a su lado no me pudieron esquivar.

De lejos el jazmín paraguayo me veía acercarme con el balde hasta el copete se lo puse de un saque.

Preparé mi ultima poción dirigiéndome al jazmín del cabo que me esperaba con resignación.

Ahora las visito para ver la tarea cumplida pero solo recibo miradas desconfiadas,

mal agradecidas yo solo las quiero curar de forma natural,

dentro de unos días el verde de sus hojas causará admiración.

CAL.COR