Es que no se trata solo de empujarlo, porque entonces se nos pasa la vida, la atropellamos y sin darnos cuenta se acaba, y al final hay que mostrar frutos. Mejor ahora cuando vuelvas vamos a estirar los días, las horas, los minutos.
El tiempo elástico tiene que alcanzar para preparar el camino, para que hagas tu música, para que algunos trozos de madera se metamorfoseen entre tus manos.
El tiempo elástico tiene que alcanzar para que yo haga algo que aún no sé, para que piense.
El tiempo elástico tiene que alcanzar para amarnos, para estar con los amigos, para tomar un helado o para oler una flor, para disfrutar una puesta de sol o leer un libro; para cocinar, lavar... para las cosas espirituales y las imprescindibles.
Ahora cuando vuelvas vamos a coger un minuto por el segundo número uno y por el segundo número sesenta, y estirarlo muuuuucccchhhooooo mmmuuccccchhhhoooooooo.

Cuántos besos!!!