Tus miradas me piden me exigen que recobre lo perdido,
hay lugares que no quiero volver habitar,
soy testigo que cuando transitaba esos caminos era portadora de una exquisita sensibilidad,
me internaba en sueños donde mi piel cobraba vida,
se disparaban gloriosos deseos y agobiantes sentimientos,
hundiéndome en remolinos de insatisfacción,
“ansias que hacían miserable”
las noches frías, amaneceres melancólicos, ilusiones truncadas.
Tus miradas me piden que vuelva a sentir algo que vos con tu indiferencia,
permitió que se desangrara lentamente,
ese amor del alma tenia la fuerza para luchar con las inclemencias del clima,
recorrer con entusiasmo terrenos escabrosos,
no lo detenían las distancias ni tus realidades,
desbocado crecía como tormenta tropical hasta crear un huracán.
Tus miradas me piden que reviva ese amor que se consumió de tanto esperar.
Tus miradas exigen que le de vida aquel amor que vos me has hecho enterrar.
Tus miradas desean algo que me hes imposible hacerlo resucitar.
Fue un amor que nació en primavera con la energía de la juventud.
Su empuje no tenia moderación había brotado en el alma, en la piel, en el corazón.
Al pasar varías primaveras cansado de esperar el corazón se planto dijo basta ni un día más.
Los sueños se perdieron en la niebla espesa del olvido.
El alma ha quedado guardada entre pétalos de jazmines.
El corazón cambio su ritmo agobiado por la confusión, la indiferencia, la negligencia, la falta de amor.
CAL.COR |