Vino a mí la fiebre Con su fuego enfermo A incendiar mis órganos Y achicharrar mi piel. Mis ojos ardían, También mi frente Y mis músculos vibraban En intensos escalofríos. Dijo mi mujer No te cobijes Y me arrebató las sábanas, Entonces me puso en el cuerpo Fomentos de agua fresca. Yo pensaba Esto es amor Y le agradecía con mi mirada hirviente El amor y el cuidado. La fiebre cedió paulatinamente, El amor Cálido persiste.
Texto agregado el 13-08-2018, y leído por 53 visitantes. (1 voto)