Él taladraba frenético la húmeda oquedad mientras aplastaba a la araña sin piedad. Ella suspiraba, gemía y pedía más… más.
Texto agregado el 12-08-2018, y leído por 72
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Lectores Opinan
13-08-2018
Ojalá siempre fuese así, los varones dejamos mucho que desear. Impotencia,eyaculación precoz y escasos de sensibilidad. La mujer parte de las veces finge. Abrazo. sendero
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