Durante mis desordenadas lecturas, siguen apareciendo de vez en vez, frases o citas que me llaman poderosamente la atención o que de plano me subyugan. Cuando una de ellas se presenta, resulta particularmente difícil continuar leyendo, se me hace necesario buscar un bolígrafo y papel, para anotar ahí las dos o tres líneas que siento en ese momento, podrían incendiar toda una ciudad si no las transcribo. Entonces, las voy guardando entre las hojas de un libro, hasta que se juntan las suficientes (cuando menos diez) para compartir su sabiduría o su particular punto de vista.
Como lo he comentado antes, ninguna frase o cita es mi preferida, ni es mejor una que otra, aunque algunas aparezcan en primer término. La luz que irradian, sin importar si esa luminosidad es clara o difusa, es lo que de verdad merece atención.
Esta vez aparecen textos de muy diversa índole, pero la vida y los libros son así: azarosos, impredecibles, rebeldes, sabios. Pues como dice una frase popular de estos lares: “A lo que te truje, Chencha”, o algo así como: “Pa´ luego es tarde”.
1.- ¿Qué importa volar en media hora de Londres a Nueva York si después, un día, debo ser arrojado bajo un pedrusco para pudrirme? (Giovanni Papini, en Gog).
2.- … para hablar, aprende a callar. (Octavio Paz).
3.- … si quieres encontrar lo que buscas debes dejarte ir, la corriente, el viento, la gente que empuja o qué sé yo, arrastran todo hacia el mismo lado, la escoba recoge la basura, y allí al final encuentras lo que querías y te encuentras también tú. (Claudio Magris).
4.- ¿Qué es la vida?: Una azarosa excursión hacia la muerte y la nada. (Arturo Pérez Reverte).
5.- Yo creo que el ser humano consta de tres entidades, una divina, otra intelectual y otra animal. La divina le sirve para crearse ideales nobles y elevados, la intelectual para alcanzar dichos ideales por medio de la razón y la animal para disfrutarlos sanamente. (Salvador Elizondo, en Diarios 1945-1985).
6.- Todas las mañanas del mundo carecen de retorno. (Pascal Quignard, en Pequeños tratados I).
7.- Se puede negar la existencia de los dioses, pero no se puede negar la existencia de las religiones. Si son tantas y han conseguido sobrevivir durante tantos siglos, quiere decir que responden a una necesidad profunda del alma humana. (Giovanni Papini, en Gog).
8.- Yo puedo aceptar que todo el mal viene de las mujeres, pero igualmente creo que de ellas proviene también todo el bien. (Salvador Elizondo, en Diarios 1945-1985).
9.- Brice Parain, afirmaba que no podía sucederle peor desgracia a un hombre, que sentir una desconfianza tan viva ante sus propias palabras, que rechazara con tenacidad depositarlas por escrito. (Pascal Quignard, en Pequeños tratados I).
10.- No estéis jamás entre los que odian. Procurar mejor estar entre los que son odiados. Os encontraréis en mejor compañía. (Sacha Guitry).
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