¿Te ha pasado que de repente la tonada o la letra de una canción te asalta y no puedes sacártela de la cabeza? ¿Que mentalmente la tarareas todo el día o te descubres cantándola quedito nomás para ti? ¿Qué en cuanto puedes la grabas en el móvil, el ipod o la bajas de You Tube o Spotify para escucharla a todas horas?... Pues hoy he estado así. Me ha perseguido, atosigado, taladrado todo el día, la tonada de “Algo contigo”. Sí, ésa que interpreta tan bien Andrés Calamaro. La misma por la que su autor Chico Novarro, terminó demandando a la compañía de Vicentico, porque no le gustó la versión que éste hizo de su tema. La que canta Rosario tan zalameramente rítmica. La misma que desde los años 60¨s ya cantaba el trío de Los Panchos, en una versión muy romántica de este fabuloso bolero.
La letra de la canción habla de una mujer; pero no de una mujer cualquiera, sino de la mujer con la que nos gustaría tener una relación. ¿De qué tipo?... Del tipo que fuera, con tal que no nos dejara fuera de su vida, que nos permitiera tener un acercamiento más íntimo con ella. ¿Qué excusa elegiríamos para que nos permitiera estar más cerca de su presencia, de su corazón?... Tal vez, tener su amistad... No, ¿conformarnos con tan poco, cuando lo que anhelamos es prendernos de sus labios y no soltarlos hasta haber saciado toda la sed que nos agobia y que solamente esa boca es capaz de calmar? No, amistad no; preferible es el odio.
“Algo contigo”, es una de esas canciones que nos permite evocar recuerdos gratos, amores perdidos, sueños en vías de convertirse en realidad, mujeres bonitas que ni un lazo nos han echado. Y su música, sugiere imágenes de mujeres bellísimas, capaces de lastimarnos el corazón o brindarnos sus favores, según ellas quieran.
Las versiones que diferentes artistas han hecho de ella, nos permiten observar su capacidad de adaptación a diferentes ritmos y voces. Estoy hechizado con las versiones de Calamaro, Rosario y Los Panchos; pero eso no hay que tomarlo demasiado en cuenta, porque es una opinión muy personal. Lo que sí es cierto, es que “Algo contigo”, como antes “Brazos de sol”, de Alejandro Filio; “Prohibido”, de Francisco Barrios, o “Corazón gigante”, de Reyli, en la voz de Eugenia León, o “Pequeña serenata diurna”, de Silvio Rodríguez, son canciones eternas, que me atraparon entre sus notas, entre sus letras, entre sus voces y sigo ahí, enredado en ellas, sin ningunas ganas de querer escaparme.

¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?
¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?
Ya no puedo acercarme a tu boca,
sin deseártela de una manera loca.
Necesito controlar tu vida,
saber ¿quién te besa y quién te abriga?
¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?
¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?
Ya me quedan muy pocos caminos,
aunque pueda parecerte un desatino.
No quisiera yo morirme sin tener algo contigo.
Ya no puedo continuar espiando, día y noche.
tu llegar adivinando,
ya no sé con que inocente excusa pasar por tu casa.
Ya me quedan muy pocos caminos,
Aunque pueda parecerte un desatino.
No quisiera yo morirme sin tener algo contigo.

Chico Novarro (Bernardo Mitnik Lerman)