Hace unos días, mi vida era la típica de un estudiante de medicina. Nací un pueblo llamado concordia. Como hijo único, mis padres trataron de darme la mejor educación posible. No éramos pobres; pero, poco faltaba para serlo. Desde temprana edad mostré actitudes y una inteligencia despierta. Lo que me ayudó a hacerme un camino que me llevo a la facultad de medicina de la universidad autónoma de Sinaloa. Lamentablemente, tenía que mudarme a la ciudad de Culiacán donde no conocía a nadie. Aunque no teníamos muchos recursos, mis padres me ayudaron en todo lo que pudieron.

Durante el primer año estuve en una casa que rentamos con unos amigos que venían también a estudiar. No era un mal lugar y la compañía me ayudó a sobré llevar lo peor de estar en una ciudad nueva. Por desgracia, después de un año, el grupo empezó a tener problemas con el dueño del lugar, por lo que tuvimos que dejar la casa. También, algunos de los que ayudaban con la renta no les fue tan bien en los estudios, así que decidieron regresar a concordia por lo que acabe teniendo que mudarme a una casa nueva yo solo.

El lugar no estaba mal, por lo menos estaba más cerca de la facultad y aunque la renta no era muy cara; el tener que pagarla yo solo, provocaba que quedara poco dinero libre para mí. Pensé en conseguir un trabajo de medio tiempo, el inconveniente era que los deberes de la escuela no me dejaban mucho tiempo libre.

Navegando por las redes me llego la idea de utilizarlas en mí provecho. En YouTube hay cientos de vídeos de lo que llamaban ruido blanco que tratan sobre grabaciones de lluvia, agua corriendo, olas, etc. Solo se necesita un micrófono y algo de mal tiempo. En donde vivía era muy difícil. Estábamos en la región con un clima seco y caluroso que aseguraba que la lluvia no sería algo muy abundante al año.

A mediados del mes de agosto el pronóstico del clima anunciaba que se acercaba una tormenta tropical. Para aprovechar la oportunidad, compre un micrófono ambienta y acomode el patio de la casa para que las gotas de lluvia caigan sobre una lámina de aluminio que mantendría seco al micrófono además de que el sonido sería mejor.

Solo faltaba que cayera una lluvia lo suficientemente fuerte y larga para que valiera la pena el vídeo (de algún lado escuche que YouTube da más relevancia a los vídeos que duren más de una hora. durante un par de días las nubes cubrían la ciudad; pero no caía una sola gota. Cuando empezaba a perder la esperanza el pronóstico aseguraba que en la noche llovería.

La lluvia que cayó no me decepciono. El viento azotaba la lluvia contra las ventanas y los truenos las hacían retumbar. Me fui a dormir con la preocupación de que se fuera la luz o que algo acabara por golpear el micrófono y echará por tierra la grabación.

A la mañana siguiente el patio mostraba los estragos que la lluvia había hecho. Las hojas arrastradas por el viento habían tapado la cañería y un centímetro de agua cubría todo el patio. Gracias a dios el micrófono no había sufrido daños y todo funcionaba como debía.

Revise los primeros minutos de la grabación para ver su calidad. La verdad no me decepciono y esa misma tarde lo deje subiendo a la página del canal, mientras me iba la facultad. Solo faltaba que la comunidad me diera el visto bueno mientras preparaba otros vídeos parecidos.

El problema surgió algunos días después de que había subido el primer vídeo. Alguno de los usuarios que habían visto completo el vídeo (el cual duraba alrededor de 6 horas) comentaron que a partir de la hora 4 en el minuto 25 se oían ruidos extraños. Empezaba con un sonido fuerte de chapoteo, como si algo cayera con fuerza en el medio del patio. Un poco después se escuchaba como rajaran una tela, luego entre mordiscos y más desgarramientos que seguían por varios minutos. En peor momento se oía un estruendo, como si se aplastada una sandía madura, Todo esto mientras gruñidos, como el de algún animal, se escuchaba sobre el sonido de la lluvia. Todo el episodio duraba unos 15 minutos.

Muchos de los comentarios se quejaban pensando que era una broma de mal gusto. Que en vez de un vídeo de ruido blanco en realidad era un vídeo de miedo. Una especie de broma macabra. Los dislike al principio me desalentaron; pero el vídeo en si atrajo tanta atención de que otros YouTube empezaron a promocionarlo en sus canales como una creepypasta lo que llevo más visitas al video.

Por mí parte estaba nervioso. Por lo que podía escuchar, lo que sea que estaba en el patio era un animal; si eso era, de gran tamaño. De vez en cuando he encontrado que gatos entran a mí patio; Pero, nada como eso. Lo que escuché en el vídeo me afecto tanto que esa noche no pude conciliar el sueño, entre pesadillas con monstros sin forma que me asechaban cada vez que cerraba los ojos.

A la mañana siguiente era día libre por lo que no salí de la cama hasta que hambre hiso que me levantara. Como no tenía nada para desayunar salí a comprar algo para comer. Al verme, doña lupita, la dueña de una tienda donde me fían de vez en cuando, me miro con preocupación. Le comente que había tenido una mala noche. Ella me conto que la colonia estaba igual de mal ya que un niño había desaparecido, un bebe de la familia Murrieta, lo habían secuestrado de su cuna durante la tormenta de hace algunos días. La policía no había encontrado nada que explicara quien lo había hecho y nadie sabía por qué o para que se habían llevado al niño.

Lo que le paso a los Murrieta me impresiono tanto que durante el camino de regreso no dejaba de pensar en lo que les paso. Hasta que el recuerdo del video apareció de repente y la posibilidad de que tuvieran una relación me detuvo en seco. La idea empezó a bullir en mí cerebro con tanta fuerza que un escalofrió recorrió mí espalda. Comencé a correr como un demente hasta que llegue al patio. Revolví todo lo que había en lugar, diciéndome a mí mismo que no era posible, que estaba loco solo por imaginarlo. Hasta que detrás del tanque de gas encontré, todavía húmeda, manchada de un color rojizo, una desgarrada tela azul; una camisa, una pequeña camisa para un bebe.