Las cinco de la tarde el silencio me rodea,
mis manos ocupadas poniendo las ruedas a la máquina,
siento en mi pecho angustia,
no escucho más que mis latidos,
¡un alma pasa!
Las voces me aturden me llenan de palabras,
ellas lastiman no las quiero comprender,
hasta que un grito brota de mi alma,
¡caudal de lágrimas!
Días, meses, nueve años desde aquella tarde,
la pena no pasa se siente tu falta,
pero ya nada puedo hacer más que recordarte,
aunque se me caigan las lágrimas.
Mujer grande sentimientos de niña,
fuiste mi lazo con mi niñez,
al no estar siento el abandono de un mundo,
guardado celosamente en mi interior,
¡dulce inocencia!
La vida sigue de otro color,
muchos desengaños abrieron mis ojos,
cayeron máscaras,
los que quiero no eran como yo pensaba,
¡querer de corazón!
Voy de cara al mundo viendo con claridad,
realidad es mi compañera,
mi amiga la verdad,
¿fe me acompañas?
CAL.COR |