A bordo de su nave Golden Hind, Francis Drake navegaba las aguas del Pacífico. Dos pasiones lo movían: el afán de riquezas y el odio a los católicos. Departiendo con Hawkins, corsario compañero de aventuras, le hizo saber que pensaba atacar Valparaíso donde pensaba encontrar un rico botín. Le dijo que se valdrían de una estratagema, la falsa bandera. Harían flamear en sus naves la bandera española para engañar a la guarnición porteña. Hawkins, dudbitativo, aprobó la idea. Drake despejó todas sus dudas asegurándole que nadie sospecharía de ellos.
El 5 de diciembre de 1578, la flota corsaria apareció ante la codiciada ciudad española. Al divisar las naves, los habitantes tuvieron sentimientos encontrados. Algunos se alegraban por la llegada de barcos españoles pero otros se extrañaban ante la falta de noticias de la llegada de una flota española.
Entretanto, las chalupas se desprendieron de las naves corsarias cargando a los hombres de desembarco. La población esperaba en el puerto la llegada de los presuntos españoles. Al llegar a tierra, los corsarios atacaron a la población que huyó despavorida gritando la trición. Valparaíso quedó en poder de los bandidos quienes se entregaron a un saqueo desenfrenado. Algunos soldados españoles presentaron resistencia. Dispararon sus arcabuses pero fueron rápidamente eliminados.
Un golpe de suerte fue encontrar en uno de los barcos españoles sesenta mil pesos de oro y media tonelada de piedras preciosas. En poder de semejante botín, Drake abandonó la ciudad para seguir sus troperías.
A él le tocó en suerte ser el primer navegante inglés en dar la vuelta al mundo. En su honor se llamó Pasaje de Drake al tramo de mar que separa América del Sur de la Antártida.