Déjese de oprimir muchacho
Que no le digan “te lo dije”
Que no le griten “Libertad”
Tanto que molesta carajo, no lo vallan a castigar.
Como la otra vez muchacho, cuando corría por la calle, gritando y queriendo correr entre los carros. Que su mamá se enojó tanto carajo. Que le gritó por toda la cuadra. Tan gritona su viejita también, ¿Cómo pues va a gritar así en la calle?
O como en el paseo por el Central Parck, ¿o era en El Retiro? Ya no lo recuerdo bien el lugar. Esa vez si le gritó bien feo. Pero yo le dije pues. Déjese de oprimir, déjese de oprimir que le van a gritar. La gente está volteando y su mamá se está empezando a enojar. Y no me hizo caso. Ya ve.
Y sigue usted ahora, ya déjese de oprimir muchacho y que no le digan “te lo dije”
Otra vez le van a gritar “Libertad” y como la otra vez, se va a poner a patalear y a golpear con los puños el piso. ¿Cuánto hace otra? Dos diitas nomás. Fíjese carajo. Dos diitas nomás y ya está volviendo a molestar.
Antes no era así, recuerdo.
Antes daba gusto estar con usted.
Como esa vez que lo llevaron a la playa ¿recuerda? Que al principio solo se quería mojar los pies y al final quería irse a vivir con las orcas a altamar. Ya luego en casa quería ser pescador, y para la hora de la cena, pirata ¿recuerda?
Después, cuando nos mudamos a la casa grande se le pasó. Ahí se pasaba el día leyendo esas historias sobre Marte y los robots y los viajes en el tiempo que tanto le gustaban ¿recuerda? Hasta yo le compré un libro una vez. Uno sobre guerras en el espacio y criaturas fantásticas que le gusto tanto que lo leyó tres veces ¿recuerda?
¿Qué le pasó muchacho?
Tanto que gustaba usted
Tanto que decía usted
Cambie por bien muchacho, que luego, que ya le tocará fumar y beber y pelear para defender a un amigo o llevar su escalera a la casa de su amada para llegar a ella por la ventana solo para estar con ella ahí por un rato. Para ver en sus ojos, tan grandes, y usted tan cerca, tan amándola, tan teniéndola entre sus brazos.
Cambie por bien carajo, que tendrá que salir a trabajar para volver a su casa para salir de nuevo a trabajar. Y trabajar pensando en su casa, y en su casa pensando en que tendrá que salir a trabajar. Suele ser así por un tiempo carajo, pero si es listo se puede terminar.
Sea listo muchacho y deje de molestar. Tanto molesta carajo que su mamá ya se enojó. Si le grita, si todos le gritan, no me diga nada, porque yo se lo dije. Yo se lo dije.