Naturaleza susurra y aterra, es diferente. Follaje transmite sonidos huecos rebotados sobre la superficie de los troncos. Fuego arde en la pupila mientras reproduce latidos rítmicos. Tierra pasea sombras detrás de los resquicios de la hojarasca y una voz escurre el miedo del olvido sobre la superficie de mi memoria. Valor se agota bajo el firmamento que tienta y enfría mi piel. Soledad es silencio, una forma que desliza emoción; callo y escucho, el sonido se despliega, cae sobre las hojas y cubre la maleza, es fuerza interna que mezcla la noche con mi espíritu. Mirada viaja y acaricia la eternidad taciturna; contemplación recorre mi raíz ancestral a través de los ojos de la madre tierra...

Roberto 4:9