Relativamente dada (o sintagma paradadigmático).
¿Hace cuanto tiempo que no te veo? Precisamente, esa frase rondaba por mi cabeza al levantarme. ¿Cuanto? Mucho, demasiado realmente, desde aquel septiembre, aquella lluvia, aquel vino que danzaba de la botella a la mano, a la boca, al estomago, al inodoro. ¿Quién pudiera contar los días con los dedos de los pies? Por que no verte me pone de cabeza, volteado voltereta, transforma este tiempo vivido en mares que son tiempo eterno. Entonces desperté esta mañana, intenté asearme y me dije ¡Hace cuanto tiempo que no te veo! Y aquí estoy, escribiéndote esto que escribo, meciéndome en cuna cama, casa cuna, nuca canosa, hamaca cama mía, para escribirte y apurar tu respuesta.
¿Querés que te cuente de mí, lo que sucede en torno de mí persona? Te cuento de los revólveres, de los revueltos, de los huevos, te cuento de las vueltas que da mi vida y de cómo se revuelve el tiempo que vivo. Te cuento de todo esto, si querés te cuento.
Aquí todo marcha igual que siempre. Las bibliotecas te dejan sacar dos libros por semana, siempre y cuando el primero y el siete se asemejen en una semana y sean del mismo mes, y los edificios, al igual que mi casa, te cuento, siguen en pie (no es que me preocupe que se caigan, solo que vos sabes, el cielo, tengo miedo a las gotas gruesas). Así está mi vida desde que no te veo: de pie, al igual que los edificios, esta casa vacía que me regala ecos, escucho ecos, escucho pisadas, epístolas, pistolas. La vida, la calle, la canción. Desde mi casa vacía escucho lágrimas que me indican que hace mucho tiempo que mis ojos no ven los tuyos. Y entonces después de despertar esta mañana, me dije que tenía que cambiar la situación...
¿Hace cuanto tiempo que no te veo? La verdad, no lo sé. ¿Quién pudiera contar el tiempo con los dedos de los pies? ¿Los claveles, las cigarras, los ciempiés? No lo sé y tengo miedo. Quiero ver tus ojos, sentir tu cuerpo, escuchar tus palabras... tanto tiempo pasó desde aquel septiembre. Tanto tiempo, y presiento el olvido, el vidente, el vídeo, el videgal...
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