Y el grito desesperado vio parir su letra
reclamó justicia
tu corazón desgarrado
burló el oprobio y enterró prejuicios malsanos
Pero no te laceró la miopía, esa que otorga la sumisión,
moral ambigua de pueblo adormecido,
adoctrinado por fauces de dioses gastados,
no pudieron mellar tu conciencia.
Golpeado por el mar
vaivén de olas traicioneras que te recuerdan el tiempo
ese claustro tiempo, brotó aquí también
el llanto puro, mojando tu inocencia
Camina por el mundo
con el paso taimado del ocelote
talante del guerrero ancestral
viajero burlador de la muerte.
Texto agregado el 19-07-2018, y leído por 78
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