El desierto tranquilo de tu pelo ondulado
azotado por ese viento salvaje
que prisionero de tus propias creencias
busca como lluvia, regar sobre tus hombros.

Y sobre tu cuerpo de virgen
esa larga falda de colores y formas lucen centinelas
cuidando un tesoro
y de paso no dejar nada a la imaginación

Eres estrella temprana en noche de verano
Quizás el hastío carcome tu amanecer
Por eso prefieres dormir
para no bailar con tus demonios internos.

Entonces apareces, busco una sonrisa
cuan llave de tus secretos, diosa de sarcasmos
pero solo se cuela el silencio
aunque la mirada te hace cómplice.

Beber de tus aguas es mera ilusión
Busco el sabor que emanan tus tierras lejanas
que esperan un imposible viaje
a mis playas cotidianas.

El tiempo pasará
Quizás mire de reojo tu sagrado libro azul en mi biblioteca
una silueta aparecerá cuan vago recuerdo
entonces sí, lo leeré… para no pensarte más.