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Gregorio.

Alrededor de las diecinueve horas, un matrimonio y su hijo de doce años entraban al sanatorio, la mujer estaba por dar a luz y su hijo Germán y su esposo Joaquín la acompañaban.
Germán luego de un par de horas y viendo que según el médico se tardaría algún tiempo aún, decidió ir a comprar algo para comer.
Mientras caminaba por el pasillo del sanatorio vio en una de las salas a un anciano que trataba de levantar un libro que se le había caído al piso.
Germán pidió permiso para entrar y gentilmente levantó el libro y se lo dio al anciano.
___Eres muy amable, le dijo el hombre, aunque no sé para qué lo quiero, como te podrás imaginar me resulta imposible leer a mi edad pero me molesta ver las cosas desordenadas.
___No es necesario que me de las gracias, siento lo mismo que usted, prefiero que todo esté en su sitio.
___¿Cómo te llamas y qué haces en un sanatorio, solo?
___Mi nombre es Germán y no estoy solo, mis padres están en la sala al final del corredor, mi madre está por traerme un hermanito.
___No sabes cómo me alegro, todos deberíamos tener un hermano o hermana, yo fui hijo único y como jamás me casé no tengo hijos y a mi edad ya no queda nadie que me acompañe y ahora al final de mis días estoy solo…
___Puedo quedarme con usted hasta que nazca mi hermano, no tengo nada que hacer y me agrada charlar.
___Eres un buen muchacho, aunque creo que va a ser por poco tiempo, los médicos me dicen que quizá no pase de hoy…
___Lo lamento señor…
___Mi nombre es Gregorio.
___Señor Gregorio, ¿necesita algo que yo pueda hacer por usted?
___No mi amiguito, con tu presencia es suficiente ¿sabes? Siempre he estado solo aunque ahora estoy un poco asustado pero espero que este pasaje sea corto, ya quiero ver a mis seres queridos y si Dios así lo quiere, volver a nacer para corregir algunos errores de esta vida porque creo muy firmemente que voy a volver, lo que no sé es cuando.
El anciano cerró los ojos y con una sonrisa abandonó el mundo de los vivos, Germán no se asustó y llamó a las enfermeras.
En ese mismo momento Helena daba a luz a un hermoso bebé y cuando Germán pudo verlo y levantarlo vio que a pesar de estar llorando, ni bien el muchacho le habló, el niño dejó de llorar y hasta parecía sonreírle.
Entonces la madre dijo:
___ Lo llamaremos….
Pero Germán se adelantó y dijo:
___Me gustaría que se llamara Gregorio.
Omenia.

Texto agregado el 19-07-2018, y leído por 113 visitantes. (19 votos)


Lectores Opinan
09-08-2018 Me encantó, la vida después de la muerte. Creo en ello... Hermoso!! kahedi
23-07-2018 Hermoso relato. Quedaron muy bien entrelazados los destinos. Un abrazo, sheisan
22-07-2018 Muy hermoso y tierno. Un abrazo Omenia. SOFIAMA
20-07-2018 Hermoso cuento. Hermoso final. Hoy decías que tu escritura es sencilla en un comentario. Para qué complicarse si de lo que se trata es que llegue ***** grilo
20-07-2018 Precioso. Me rechifló. Hipsipila
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