Aquí en la costa, el invierno solo es piadoso con los colores que impregnan las plantas y el césped. Digo esto por la intensidad y variantes de los verdes, por los contrastes que iluminan cortezas de troncos inmóviles y ramas que simulan estar muertas, sin hojas.
Llueve y esa es la causa de la belleza del verde, mojarse.
Leo.

Me entero de la dificultad de medir las distancias cósmicas y como alguien sugirió hacerlo muy precariamente, y de los éxitos posteriores para realizarlo -suponemos con precisión-.

De cómo Hubble descubre con su observación, sospecho que en un sillón cómodo, que Andrómeda no era una nebulosa. Es una galaxia como la nuestra (la milky way) y que el universo es más grande de lo que se pensaba.
Mucho, mucho más grande. Enorme, solo Dios sabe su tamaño.

Ahí está Dios, y él no nos informa estos detalles por whatsapp, debemos usar el ingenio, las ciencias acumuladas durante siglos por las culturas del planeta y así lograr teorías a demostrar y descubrimientos que pueden certificarse.

El gigante gaseoso rodeado de anillos (Saturno) tarda en orbitar el sol 29 años y en ese movimiento gravitacional elíptico (dijo Keppler) cuando pasa más cerca de la tierra, en su perihelio (la menor distancia) o cuando los planetas se alinean: la distancia que nos separa es de más o menos 1000 000 000 de kilómetros, lejito.
Esto lo midieron con una sonda (un aparato) que enviaron a investigarlo de cerca y se llama Cassini (en una época jugó en el Rojo, si en Boca también).

Llueve con más intensidad, los colores de vez en cuando son más hermosos (para mí).
Y el mate ni te cuento.