Pucha, ayer me tocó el turno noche. A mí que no me gusta caminar por esas calles llenas de basura y, además, porque el frío llama al cigarro y, además, porque me gasto un sol cincuenta para alimentar mi vicio y, además, porque se me acaba la cajetilla esa misma noche. Ya pues, sigo, ayer me tocó el turno noche.
La vigilancia no admite sociabilidad. Saludo a los vecinos, pero a ellos les pesa mover la boca para responderme. Ayer fue viernes y estuvieron tomando en la vereda. También fumaron marihuana. Yo los dejo, si los vecinos no se meten con ellos yo tampoco. Siempre que tenía un pucho en boca, me preguntaba cómo haría, si en ese momento, tengo que asir el revolver. Qué idiota sería pedir calma con la boca ocupada y botando humo. La interrogante ya no existe: ayer ocurrió eso.
Vi a dos tipos trompeándose. Uno llevaba polera azul y el otro no me acuerdo. El de azul tumbò al otro huon y , no sé cómo, pero tenía un cuchillo en la mano. Los que estaban tomando ni caso hacían. Tuve que recurrir al arma. Pronuncié algo. No sé si me escucharon, pero sonó como una tos y un escupitajo. El cigarro abandonó mi boca y la bala huyò de la ruleta. Como mi voz, pensè que nunca sonaría, pero lo hizo a la distancia con un grito. Me acerqué y una chiquilla, quizá de la edad de mi hija, estaba en el suelo. Que se sepa que tuve la intención de llevarla a un hospital, pero no pes, le había destrozado la cabeza y que mierda iba a hacer.
Mi superior me entendió. Yo no soy culpable mi capi. Hace cuatro años que no realizamos prácticas de tiro, asì que, repito, la culpa no es mía. además, alas perdidas hay todos los días y nadie se queja. Pero pudo ser tu hija, huevón. Ya pe capi, recuerdo el caso de Carrión y ningún diario publico esa huada.
No lo niego, estaba nervioso y las ansias de fumar se presentaban en las yemas de mis dedos. Mi jefe emitió su sentencia:
Ya Vilchez, de acá no sale ninguna palabra. Sí, sí conosco ese barrio y no quiero hacerles un favor con esto. Pero eso sí, presenta un informe de por qué usaste la bala. ¿Perdón? Sí, pon que fue un disparo al aire y se acabo la historia. No, no, dije, qué es eso que tengo que presentar un informe, esa bala es mía yo la compré, la policía no me da nada.
El capitán me miró con cara de asco. Así es pe maestro. Todo cobran ésos, de donde sea le quieren sacar plata a uno. Después no me va a alcanzar para los puchos. |