Inventario l
Un encuentro, una palabra, un desconcierto, una pregunta, ninguna respuesta, demasiados bemoles, fragancias olvidadas, pasiones perdidas, puñados de nada, soledades compartidas, incertidumbres crecientes, dolores de alma, cosquillas, celos, momentos de serenidad, afectos, purezas, deseos, rodillas debajo de pudorosas faldas, angustias frenadas, gritos ahogados, nombres amados, palabras obscenas, rosas desecadas, ratones soberbios, recuerdos olvidados, vasos de hiel y de vino tinto.
Acuses de recibo, recreos, vacaciones, fiebres delirantes, delirios febriles, abril sin tus ojos, junio en cautiverio, la sal y la nieve anclada en los huesos, rencores, blasfemias, sangre coagulada, quimeras, medusas, infiernos, virtudes, vicios, locuras, razones, dioses y demonios, barcos que se marchan, naufragios, sirenas, peces de colores, pirañas, delfines, fotos de mujeres que nos abandonaron, pies descalzos sobre nubes de coral.
Una distancia, dos lágrimas, tres estrofas, cuatro ases, cinco años de condena, seis cuerdas de donde ahorcarse, siete locos, ocho días, nueve noches, diez cigarrillos, once pájaros, doce jaulas, martes trece, y catorce motivos para no morir.
Una caída en desgracia, un golpe de suerte, una hoja en el viento, un corazón magullado, un veneno para no beber, un antídoto innecesario, un abrir y cerrar de ojos, un réquiem para los bandidos.
Una carta tuya, ninguna respuesta de mi consideración, la dulce voz de mi madre, la tierna mirada de mi padre, el abrazo de mis únicos amigos.
Un cuerpo desnudo, la oscuridad absoluta, un faro testigo de tempestades y de amaneceres, una botella en el mar, un libro cerrado y triste, una tristeza abierta tras una puerta cerrada, un niño aferrado a su niñez, un adulto que adolece, una brújula imantada, un salmo y una blasfemia, una celda y un crepúsculo, un camino y un precipicio.
Tus manos tan lejos, las mías tan huérfanas. |