La noche…
La noche se fue oscureciendo hasta llegar a la negrura total, la Luna se escondió muy temprano entre las negras nubes para no dejarse ver…La vergüenza de sentirse tan sola no le permite mostrar su redondez y claridad. El Sol parece no querer verla y tampoco se deja ver. Elaine siente que no puede salir de la oscuridad y espera el nuevo día impaciente pero de tanto esperar, se ha quedado dormida, esperando… porque como la Luna, ella también se siente sola y sus sueños no son gratificantes porque sabe que al despertar nadie estará a su lado. Y aunque no la vea, ella le pide a la Luna un milagro, el milagro del amor que le ha sido negado. Y entre lágrimas amargas y sábanas mojadas despierta en un día pleno de Sol y claridad. La noche amarga da paso al día esperado y como por arte de magia, Elaine ve todo de otra manera, siente el calor en su piel, ve a la gente sonriéndole y su corazón comienza a latir con ritmo acelerado. La llamada de su amado, esa que espera desde hace tanto tiempo no se hace esperar más, el amor ha vuelto y ella lo sabe, esa noche… es una noche estrellada y la Luna está en su esplendor… la muchacha agradece a la Luna ese milagro de amor.
Omenia