Promediaba el año 1818 cuando los españoles habían dado a Hipólito Bouchard, capitán corsario de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el apodo de El Halcón de los Mares. Bouchard era un marino franco-argentino (había nacido cerca de la aldea marinera de Saint-Tropez en 1780). Por esa época, estaba llevando a cabo un raíd corsario alrededor del mundo.
En 1819, Bouchard se hallaba frente a las costas nicaragüenses de El Realejo, una ciudad que había sido codiciada por bucaneros y filibusteros desde el siglo XVII. Sus habitantes, al percatarse de la aparición de la flota corsaria integrada por las fragatas la Argentina capitaneada por Bouchard, la Chacabuco y las demás naves capturadas por el corsario, corrieron a los bosques para poner a salvo sus riquezas.
— Teniente Greysac -dijo el capitán corsario-, realizaremos un doble ataque por mar y por tierra. Usted desembarcará en las afueras de la ciudad y nos entenderemos mediante señales luminosas. Yo dispararé desde la Argentina una bengala verde. Será mi señal de ataque. Usted liderará el frente por tierra. Ahora le indicaré dónde tendrá que desembarcar.
Efectuado el desembarco de una buena parte de sus hombres, Bouchard se posicionó nuevamente frente a las fortificaciones de El Realejo. Una luz verde fue disparada desde la cubierta de la Argentina. Desde su posición, Greysac respondió con otra de igual color. Inmediatamente comenzó el ataque. La artillería de la Argentina y la Chacabuco castigaban sin tregua las fortificaciones del puerto de El Realejo y las naves que se hallaban allí. Mientras tanto, Grysac había irrumpido en la ciudad aprovechando el ataque por mar de Bouchard y la marinería a sus órdenes se había entregado a un desenfrenado saqueo. El volcán viejo hacía un adecuado marco a la lucha que se estaba desarrollando. A las dos horas del avance marítimo de Bouchard todo había terminado habiendo sido, asimismo, abordadas las naves españolas ancladas en el puerto.
Terminada esta última incursión de su raíd corsario, Bouchard fondeó en el puerto de Valparaíso en julio de 1819 a dos años de su partida desde la ensenada de Barragán el 9 de julio de 1817 en el primer aniversario de la indendencia argentina.
Con éste y otros ataques a las posiciones españolas en diversos lugares del mundo, El Halcón de los Mares propagó el ideario libertario contribuyendo así a los movimientos independentistas de las colonias.