Le avisas de los peligros que se podía exponer,

anticipaste con el llamado dándole no una sino varias soluciones,

pero pasan los años y te recriminan por su propia necedad,

culpándome de la actitud de otro negando que ella no tomo la prevención,

le quise evitar el mal momento,

pero es más fácil lanzar el fardo injustamente para no reconocer su propia responsabilidad.

No se puede ser adolescente eternamente,

a llegado la hora de darse cuenta que la persona que estuvo siempre a tu lado,

no puede ser la culpable de tu descuido,

ser injusto con quien no se lo merece es no poder afrontar después de tantas décadas,

“que te has equivocado antes”

lo que llama la atención es que no has madurado lo suficiente para aceptar tu desacierto

CAL.COR.