*Cuento participante en convocatoria; escribir sobre el mal (versión extendida).
Sus hermosas alas blancas casi rozan el piso. La túnica, que en albura compite con las alas, se agita al compás del movimiento de su cuerpo en un balanceo armonioso. Irradia una apariencia pulcra y colosal. Coronando la visión, sobre su cabeza, levita resplandeciente una aureola plateada. Sus ojos son dos luceros verdes que todo lo iluminan. Enmarcando su bello rostro de Apolo, graciosos bucles ensortijados caen, formando una brillante cascada de cabellos dorados.
Se queda de pie en la esquina, apoyado contra el pilar de un edificio alto. La noche transcurre tibia, tranquila, como tantas otras. Él ha venido a la tierra para cumplir con una importante labor; dos almas, esa es su tarea, rescatar dos almas.
Mientras espera, desde un bolsillo interno de su túnica extrae una petaca de whisky, bebe un trago que se prolonga más de la cuenta, luego prepara un habano ‘tripa larga’ adquirido en su reciente misión en Cuba. Lo enciende y aspira profundo. Tras disfrutar el sabor en su boca, expulsa el humo. Las volutas semi-transparentes ascienden, formando gruesos círculos que se disuelven como una letanía en el aire. El fuerte aroma a tabaco es arrastrado por la brisa e inunda toda la calle.
Vigila ambos extremos de la intersección, no pasa nada. Medio aburrido, se distrae observando con orgullo el extenso y oscuro tatuaje de su antebrazo; es el nombre de su banda favorita Black Sabbath y el título de su canción predilecta; ‘God is Dead’. Juega con los dragones que lo adornan, les mueve el hocico mientras entona la canción:
The voices echo in my head
Is God alive or is God dead?
Is God dead?
Lenguas de fuego emergen desde las fauces de las bestias. Parecen bailar al compás del ritmo que él les impregna. Al cabo de unos minutos se aburre. Vuelve al whisky y a su habano.
Por fin ve aproximarse a gran velocidad dos autos, cada uno desde el sentido opuesto de la esquina. Con un rápido chasquido de sus dedos provoca el cambio abrupto en la luz del semáforo. Casi de inmediato se escucha el chirrido agudo de los neumáticos intentando frenar, el estruendo de un golpe, vidrios que estallan y apenas un par de suspiros, últimos ecos lastimeros del fatal choque. Pleno de satisfacción, por sobre la túnica se rasca los genitales, luego alza su dedo cordial, haciendo el gesto grosero hacía lo alto, se olfatea el sobaco izquierdo y desaparece. Tiene un compromiso con una diabla que está muy buena, no piensa perder el tiempo acompañando a las dos almas en su ascenso, ¡Qué se las ingenien, faltaba más! total ¿Qué tan difícil podría ser el camino al cielo, si hasta borracho él puede encontrarlo?.
M.D
Highway to Hell:
http://www.youtube.com/watch?v=gEPmA3USJdI
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