Un recuerdo se pasea
en la pendiente más alta,
está buscando una nota
del aquel ayer amarrado
sin distancia en el tiempo,
sin golpes ni derroteros,
solo va con su garganta
a gritarle su desvelo.
De las praderas
llegas viento,
sonoro con tu lamento,
soplas coplas, azares
naces en el follaje
de tú linaje, viento.
Quien te hiere
si tú eres
toda la fuerza.
Nadie puede
ser imagen de tu apariencia
oculta.
Eres viento impredecible,
como el tiempo,
un estruendoso alarido
otros tantos
vientos, protegidos,
elegidos.
Descansa el ángel sediento en la tierra,
desencantado se pregunta ¿por qué?
Es irrepetible el ser humano
sin conciencia, ni razones, y
no hay respuestas, descansa
como un pájaro herido
sin nido, sin árbol.
Busca regresar pero el camino
es dificultoso y lo pinta
en su mirada, y contempla
un mundo sin horizonte.
Toma la decisión de soltar sus alas,
recupera el comando de su hombría,
ya de regreso sabe que triunfo
en su mandato de cielo y tierra.
ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO
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