Cuando tus ojos se vieron con los míos, nuestro alrededor se tornó en frío y engalanó la noche.

Es extraño porque aquel sentimiento creí haberlo encerrado en un cuarto mágico del cual solo yo conocía su ubicación.

Corrí en busca de mi yo interior, en busca de la parte cuerda y sensata que me permitiera bajarme de esa nube de reproches.

Llené mi mente de recuerdos vagos, de sensaciones olvidadas hace tiempo atrás, de un arcoíris con colores que me llamaba con compasión.

Y es que soy un simple mortal aceptando su destino, luchando contra un monstruo llamado sociedad.
¡Qué más da si estamos juntos ya!

Un día el sol se pintará con armonías de aceptación, la lluvia nos regalará su color de ilusión y nos mojará con gotas de esperanza.

Perdona si no leí tus señales a tiempo, si me abstuve a tus labios sabor a gloria por un momento, a tus emociones definidas y a tu regazo lleno de amor.

Daría todo lo que no tengo para que nuestra situación fuera diferente, que estuvieras libre y volaras hacia mí rápidamente.

Porque mi pecado es ser el hermano de tu novia, porque a mí también me causa dolor, porque ante la situación me siento un traidor.

Ahora que nos hemos decidido, ahora que sé que mis sentimientos son correspondidos, el siguiente paso debemos dar.

Caminar sobre el sendero peligroso que nos ha tocado predicar, sobre esas ruinas que todos dicen que nos pueden matar.

Si estamos unidos y amándonos ya nada puede pasar, ¿verdad?
Solo perdona si esto te lo escribo y no te lo digo a los ojos,
Mi inocencia y nerviosismo aún no los puedo controlar
Es por eso que después de estas letras escribir, un beso tuyo clamo impaciente y así volver a nuestra hermosa realidad.


Kahedi