Vamos corriendo por campos de maíz, culpando a nuestros ancestros por los errores que cometemos todos los días. La lluvia alivia un poco las penas, y el sol nos revela su grandeza cuando el maíz crece. Pero.... somos humanos, tan humanos que no aprendemos nada... Aunque siempre hay tiempo y lugar para una nueva cosecha.
Texto agregado el 24-09-2004, y leído por 773 visitantes. (11 votos)