Y meses después del duelo...

Un día abrió los ojos, de a poco la claridad había llegado, más no encontraba la paz que tanto anhelaba. Muchas dudas rodearon su elocuencia, estaba perdido, desterrado, aislado y en soledad.

-Jamás vi marchitarse el ánimo de una persona a tan rápido como aqella vez...

Después de salir de un bello paraíso, donde se encontraba preso, creyó volver sin nada, sé qué dejó todo lo que pudo y tuvo en esa larga caminata, sensaciones de miedo, desconfianza e inseguridad eran tan normales como el sueño, el hambre o las ganas de suicidarse.

Estaba tan acostumbrado a ser guiado por su voz, iluminado por su luz e inspirado por su amor que, al perderla sus sentidos desaparecieron, su vida poco a poco murió.

-Siempre supe que no fue el más inteligente pero al menos, creí que era fuerte. Sentí culpa por haberlo dejado solo, quizá me necesitó en muchos momentos duros y yo no estuve ahí.

Algo tenía que hacer.