Mira antes de saltar

Esta es una lección muy dura que aprendió Andrea una amiga mía hace apenas un par de meses. Estaba en los últimos meses de su Ingeniería en Sistemas en cierta Universidad muy importante de aquí de Guatemala. Las pruebas finales llegaron y con ellas la tensión de tener que prepararse al máximo para poder optar a las mejores notas finales. La verdad es que Andrea no estaba tan preocupada como sus compañeros porque ella estaba acostumbrada a trabajar muy duro, a estudiar siempre, a repasar todo lo estudiado, a practicar sin descanso, en fin, no había duda en su mente que por muy duras que fuesen las pruebas finales, ella las pasaría sin problemas. El día de la prueba, ella se sentó en su pupitre y empezó a trabajar en contestar las preguntas correspondientes con toda confianza.

Su compañero de al lado no estaba tan tranquilo como ella. Era de las personas que siempre se habían conformado con estudiar apenas lo suficiente y obtener las notas necesarias para simplemente pasar sus cursos sin mayor pena ni gloria.

En cierto momento durante la prueba, ella escuchó una voz que trataba de llamar su atención de manera disimulada. Era su compañero Alfredo que le estaba pidiendo que le dejara copiar de su examen. Ella tuvo miedo al principio. No estaba acostumbrada a hacer trampa ni a ayudar a alguien a que lo hiciera. Pero este muchacho Alfredo era un buen amigo, era alguien que necesitaba ayuda, y ella vio esta situación como una excepción muy necesaria, así que lo ayudó.

Una semana después, al revisar sus resultados del examen, ambos vieron que tenían CERO. Cuando acudieron a la oficina académica a preguntar el porqué de ese cero, la Directora les dijo tranquilamente que el instructor se había dado cuenta de la trampa que Andrea y Alfredo habían ejecutado, y que se había informado ya a las autoridades de la Universidad. Su caso estaba siendo estudiado en ese mismo momento y sería el Comité Disciplinario quienes tendrían la última palabra. Era posible que ambos fuese expulsados del semestre o, si el Comité lo decidiese, del centro de estudios por completo.

Andrea sintió que su mundo se desplomaba. Un simple acto de compasión por su compañero se estaba convirtiendo en su ruina. ¿Por qué? Porque reaccionó con su corazón y no con su cerebro cuando su compañero le pidió que le ayudase a hacer trampa. Cuando ella le permitió que copiase de su examen, dejó de ser su amiga y se convirtió en su cómplice.

El Diccionario American Heritage da la siguiente definición de cómplice: “Alguien que participa con otra persona en un acto criminal o ilegal, ya sea como el actor principal o como un asistente.”

Desgraciadamente, al igual que todos los ejemplos que he dado, Andrea es un personaje de la vida real cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad, y que verdaderamente expuso su carrera entera por un acto en el cual no vio antes de saltar, no pensó antes de actuar. No dejes que eso te suceda a ti.

Créeme, no es necesario.