Gestos sin dueño se pierden
en esa boca escarlata
donde solo hay lugar para el caos.
Bajo el cielo ralo de invierno,
cóncava y convexa se pierde
en el laberinto de las pupilas.
Obscenamente roja,
Respira, canta y besa. Insiste,
hecha pájaro apura tiempo y distancias
sobre un rostro en llamas,
susurrando un falso nombre de mujer.
Aun así, en la fría luz de la memoria
resulta creíble, importante.
Aunque fabule su historia en tu cuerpo.
Texto agregado el 29-06-2018, y leído por 75
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