El arribo de los abuelos a la fiesta fue impactante,
los aplausos y la ovación hicieron temblar los corazones de los presentes,
las largas mesas estaban vestidas con manteles de lino blanco,
en la mesa principal estaban los novios muy bien acomodados,
sus hijos los acompañaban orgullosos de ser parte de esa unión.
Las diferentes familias se fueron acercando a saludar entregando sus regalos,
los mozos iban y venían atendiendo a los comensales,
las parrillas estaban a pleno colmadas de todas las carnes para todos los gustos,
vino , gaseosas, cerveza, agua, nada de liquida faltaba,
la charla se había transformado en cotorreo,
mientras las ensaladeras eran pasadas de acá para allá.
Las familias habían llegado de todo el país,
en autos, camionetas, hasta colectivos de larga distancia nos hablan invadido,
durante dos noches y tres días los festejos no tuvieron descanso,
las cinco habitaciones estaban cubiertas de niños durmiendo,
cuando vi partir el ultimo vehículo sentí paz después de tan largo suplicio.
CAL.COR
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