Conociendo la hora de tu vuelo,
planeas la hora exacta de partida
para llegar a tiempo a tu ansioso viaje,
toda tu mente se enfoca en el viaje ideal,
esperas que todo suceda como lo creaste en tu imaginación,
pero cuando llega la hora de volar,
y el vuelo se retrasa,
y no tienes comunicación con nadie,
y no todo sucede como lo soñabas,
es cuando los nervios toman control
y se apoderan de tus pensamientos,
desenterrando sensaciones que reviven las malas experiencias de vuelos pasados.
Una vez el miedo se apodera de ti,
la sosobra de la fantasía no cumplida
te llena de una tristeza cruzada,
nublando la claridad del presente viaje
a través de una nube oscura
cargada de tormentos y pasados.
Ahí en ese lugar que te encuentres,
a 5 minutos de decidir si esperas o no emprender el viaje,
te darás cuenta,
sí es tu pasado quien toma el control de tus emociones
y si es así,
te obligará a renunciar al presente...
...pero si no lo es,
será la ilusión y tu fantasía emocional
el combatiente más poderoso
quien asumirá el riesgo a ese segundo viaje.
Al final, tu felicidad no dependerá
de sí subes o no al avión,
pero si dependerá de lo que tú mente sea capaz de imaginar.
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