Con tornasoles claro, espejado
el sol refleja
la tierra que nos une en un todo.
La pupila se agranda silenciosa
contemplando
esas hojas que dejaron sin nombres.
Árboles pelados ramas sin hijos
tierra sedienta
la luz del sol refleja nuestra esperanza.
La noche se agiganta en velos negros
los sueños tiemblan
al amanecer confunden ideas.
Nada es más hermoso que ser estrella
vigilando amores
sorprendidos y alegres bajo la luna.
Nadie puede esconder su secreto más caro
todo lo sabe ella
la tierra Madre la hija esbelta de sol y luna.

ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO