Cae la noche...
Llueve.
Parece extraño que vea esta manta ante mí.
El cielo está entreabierto,
mi habitación sigue oscura
y mis ojos me conducen hasta la lluvia.
He salido de casa,
he sentido su caricia en mi rostro,
he dejado empapar mis ojos
y esta vez
no me arrepiento,
porque es gozoso.
Recorre cada palmo de mi ser.
Me conecta, me renueva.
Se oyen campanas,
claman por el candor
que hoy se ve postergado,
encerrado en su refugio.
Hoy no, hoy llueve...
qué extraño.
La mía, tierra de arena y sol,
hoy también de lluvia,
de calles llenas de lagos.
Arrecia más fuerte,
la dejo entrar,
una manta ahora es mi abrigo.
Miro por la ventana llover.
Deliciosamente hoy... distinto a todo.
Aqua, aquorum, aquae.
Llueve...
incluso dentro de mi habitación,
hoy no saldré...
Es curioso, incluso sobre mi colcha...
llueve. |