Es usted tan indescifrable, sus palabras me dicen "no gracias" pero su cuerpo de curvas me repite "vamos hasta el final", confundiéndome hasta buscar alguna señal para dar el siguiente paso.

A menudo somos lo que somos,
con una gran cantidad de expectativas haciendo una argamasa con nuestros prejuicios y lo que nos gustaría ser.

Todos al final, tenemos un código, una llave, una entrada...
pero unos la cuidan más celosamente que otros.
En mi caso, no he llegado a la puerta, porque usted no me lo ha permitido
y porque tampoco mi curiosidad es suficiente para intentar buscarla aún con usted en contra...

Mis instintos me dicen que podría funcionar, pero me hace falta deseo,
carencia que se compincha con sus barreras, el resultado es que no quiero probar mi llave si usted no me conduce a la cerradura...
Y ahí estamos y estaremos hasta que haya más deseo o usted me conduzca a la cerradura,
lo cual también es complicado
porque tiene una imagen nociva de mí,
y no entro dentro del prototipo que tiene construido en su cabeza y así seguiré hasta que logre comprender las señales subconscientes que me lanza.

Kahedi