¿Qué le sucede a mis madrugadas?
Cuatro menos cuarto de la mañana algo me despierta,
el sueño se dispara dejándome despabilada,
miro dos o tres capítulos de una serie policiaca,
retiro mi almohadón,
acomodo mis almohadas apoyando mi cabeza desparramo mi cabello en ella,
busco que mi cuerpo se encuentre cómodo,
con indiferencia apretó el botón del control remoto y me entrego al sueño,
el remolón arriba sigiloso para cobijarme en su acogedor abrazo,
juntos emprendemos el segundo raund durmiendo entrelazados.
¿Qué le sucede a mis madrugadas?
Tres y cuarentaicinco algo me saca de mi profundo sueño,
me siento intrigada no puedo resolver este entuerto,
no son malos pensamientos, ni pesadillas, ni hadas, no son ardillas,
solo sé que después de cuatro horas mi sueño me abandona sin culpa,
luego de una hora o dos regresa para consentirme entre arrumacos,
quiere ser perdonado el muy marrano,
ante su cálido abrazo no me queda otra que entregarme a su seductor encanto.
CAL.COR
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