Poema


El payaso



En la pista del circo pobre de carpa remendada,
vestido con colores cosidos en traje de payaso
y una falsa carcajada dibujada en su semblante,
función tras función va contando mil chascarros,
leyendo y simulando sonrisas, risas y sollozos,
al mismo tiempo que arranca del libro con su historia
chistes viejos, poemas simples y sus páginas de vida.

La música de una trompeta languidece en sueños olvidados,
un borracho en lo alto llora cuando habla de tristeza,
el hombre de goma se estira en un bostezo interminable,
el adusto domador no restaña latigazos en el aire
y los viejos leones de gruñido gastado, solo duermen,
sin entender por qué el payaso de la falsa carcajada
hace que todos rían mientras él por dentro está llorando.

Cuando mira al público con alegría fingida
los niños inocentes aplauden, gritan y ríen con él,
en cambio los grandes que entienden su llanto callado,
pudiendo fingir, no saben ser niños y se mofan de él.

El payaso, ese ser que en la pista divierte y encanta
con su cara pintada sobre arrugas de muchos inviernos,
en el oscuro camarín de despoja de la alegría fingida...
luego camuflado con la noche, bajo lluvia o con luna llena,
sin el traje de colores, se arropa con penas y amargura
y rumiando soledad, con la vista perdida en horizonte incierto
lentamente se pierde en la gran pista del circo de la vida.



Incluido en libro: Romances al viento
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