Inicio / Cuenteros Locales / TSK / Ostentación de humildad, uno.
El primer harem del que hice cargo- en calidad de palafrenero-, me enseñó los rudimentos del oficio. Cuánto desperdicio- pensé. Y no me sacó ya nadie de la idea. Ni después ni más tarde.
Como el trabajo es el trabajo, aunque me pareciera de una injusticia supina aquel desaprovechamiento ante tanto hambriento desparramado por el mundo, de mi boca no salió queja alguna. Llevar aquellas ideas socialistas a la Casbah no era el mejor camino para prosperar en la vida, por lo que mis opiniones lo fueron siempre para mí mismo. No sé si puede calificarse de opinión algo que no se manifiesta exteriormente. Seguramente no.
Lo que quiero decir es que aquel mundo de lujo, ostentación y desigualdad, no contó por lo que a mi persona se refiere con un crítico. Aquellos mis pensamientos eran guardados de tal forma que no fue uno sólo quien pensara en hallarse delante de un tonto. Mi cabeza funcionaba a dos niveles. Me encontraba ágil: mis pensamientos discurrían con fluidez; sin embargo, no hacía excesivo uso del aparato fonador incluida la lengua.
Digamos que era un tipo funcional. Tanto era así que fui pronto ascendido en este mundo medio prostibulario, e hice, como se contará, carrera. |
Texto agregado el 29-05-2018, y leído por 61
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Lectores Opinan |
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29-05-2018 |
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Saber callar es de sabios. Me agradó leerte. -ZEPOL |
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