"A mis camaradas tristes:
Yo sé, que entre rotas se reconocen, bastará un parpadeo en un chivo, en un aula, en una oficina, en un bus o alguna actividad, porque podés distinguirte por la cabeza de tormenta, las ojeras, las marcas, las miradas rapidas e inseguras, el sudor frío, o la baja autoestima. Lo sé, porque soy así, y me pasa que de pronto, alguien llega, y se tira al suelo junto a mi, no tanto para pedir ayuda, sino más, sabiendo que yo, no le voy a juzgar, porque yo estoy enterrada hasta el cuello, o limpiandome la sal de los ojos.
Yo sé que vas cansada de fingirte siempre fuerte, y estás harta de la felicidad forzada. Nos toca a nosotras bajar las pancartas de la dictadura del "pura vida", del "todo bien", que no te deja ser. "Calmate, todo va a mejorar", "actitud positiva amiga", "solo un poquito de música y unas birras, todo va a estar bien", vos y yo, sabemos que no, que no todo está bien, y que no todo tiene porqué siempre estar bien, que las sonrisas más grandes se rompen con más fuerza. Ambas sabemos la rabia y la culpa, de estar bien y de pronto estar mal, "por qué? si yo no he hecho nada malo hoy", de romperse en mil pedazos, de hacernos daños, de evitar el exterior, sabemos. Está bien estar mal, está bien dejarse caer, yo te siento, gris tal como mi entorno y te quiero lluvia, te quiero libre, te quiero rota en mil pedazos, gritando contra la pared, rompiendo todo hasta volver a empezar, está bien estar mal, está bien querer estar en soledad, está bien marcharse y volver a empezar, está bien renunciar a este brete de mierda que no te deja tener tiempo para vos, está bien largarse de dónde no te sentís bien, cortar esa relación que te drena, retomar el curso, retomar un proyecto, volver a llamar a quien ocupás ver, está bien sacar una cita para una sesión, está bien si necesitás un medicamento, está bien ser vos, así, en mil pedazos, que quizás, no sean solo pedazos sino más bien piezas de un rompecabezas, que yo sé, vos podés armar..." |