Después de leer el cuento de uno de los cuenteros de la página, sobre los que nunca aprendieron a andar en bicicleta, les contare que recién a los 25 años me subí a una...
Durante mi infancia mis padres no podían costearme una bicicleta.
Así que cuando me case y vine a vivir a los suburbios, me lance a la aventura de pedalear en dos ruedas.
Mi equilibrio fallaba muy seguido, hasta que tome el ritmo.
La calle principal del pueblo La Loma es muy transitada por vehículos, ahora la hicieron de una sola mano, pero cuando yo pedaleaba era de doble mano y a una ciclista mujer trataban de esquivarla, y además delgada y frágil, sobre una bicicleta playera, que ni llegaba a los pedales, lle pasaban raspando
Cierto día, ya estaba más que aventajada en mi aventura, de un auto me gritan, por supuesto, anda a lavar los platos( como si estuviera en un auto), cosa que sin duda no me asusto, ya que prosiguió mi furibundo pedaleo.
Ejercito mis piernas, y veo los paisajes y me meto por las callecitas más inhóspitas, a oler a los arboles.
Les recomiendo aprender a andar bicicleta, y en los sueños también vuelo con ella.
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