¡Te acuerdas amiga entrañable de aquella tarde,
cuando al paso de un auto nos cruzamos!,
nada podía decirnos que el tren pasaría,
por esa calle de tierra sin amapolas ni estrellas.

¡Recuerdas las bellas miradas de sueños ocultos
allá en la montaña¡ fue una larga espera,
un cielo mas soleado nos regalaría una bella escena,
tan pronto las fuerzas malignas se dieran cuenta.

Que solo eramos dos bellas criaturas un poco traviesas
con ganas de andar los caminos, jugando al destino,
tratando de ser ya muy grandes eras muy tontas
y demasiado chiquillas, ellos demasiados grandes.

Siempre hay un ángel que cuida de criaturas inexpertas,
eso fuimos, quisimos parecer muy vivas y casi perdemos
la vida, o quizás mucho mas que eso, el orgullo de ser amigas.
El tiempo ha pasado y aun los recuerdos nos hablan
de aquellos momentos tan picaros, para nosotras las niñas....


Alessandrini María del Rosario