El adiós no es más que una despedida en el umbral de la puerta
y los ojos que miran por la ventana esperando el arrepentimiento
Lo que llega libremente
libremente se va
las lágrimas no revierten el adiós
y los suspiros no la harán volver.
Ella se fue para siempre
¡qué más da!
me queda el abrazo de la noche
incondicional y redondo
la mañana infantil
pura como agua recién parida.
No estoy solo
me rodea toda la Humanidad
en alguna parte me esperan otros labios
otras manos y un nuevo amor.
El adiós no es para llorar
las almas débiles son como hojas secas
que el más joven viento revuelca a su antojo.
Cerrar la puerta y olvidar
alguna vez el amor que se fue se hundirá para siempre
no hay memoria que aguante ni besos que se sequen
mientras haya respiración hay amor para encontrar.
Adiós amada de ayer
bienvenida amada del mañana.
Texto agregado el 18-05-2018, y leído por 51
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Lectores Opinan
19-05-2018
Me gustó. Saludos! Landriel
19-05-2018
Bello tu escrito, y es cierto, pero hay adioses que duelen menos, como hay adioses que duelen más. Un abrazo, sheisan