Donde han ido,
los desvelados druidas
las calidas noches insomnes
de verano
que estallaron
en mis ojos purpura.

En que lugar quedo mi niñez
solapada de juegos
cruentos, indóciles
y peligrosos,
cuando habia todo el futuro
por delante
y ningun delirio
a cual atreverse.

Pasemos revista en el aquí
ahora,
las sienes platinadas,
el alma joven
pero los surcos asean mi cara.

No es lo que es,
es lo que siento
y lo que siento
es que te quiero
todavía
en mis brazos y tu aliento
alrededor
de mi cuello.