Yo vengo del pantano profundo,
de la niebla oscura,
de la noche eterna,
de la hierba venenosa.
Donde vengo el amor es un invunche,
construcción deforme y peligrosa.
Allí amar es de valientes
o de estúpidos.
Del agujero oscuro del abandono,
la violencia de las manos atadas,
el menosprecio de mi género,
la inconsciencia burda del alma.
Nací con voz y fui silenciada,
nací con ojos y fui cegada,
nací con manos, y fueron atadas,
libre, pero fui atrapada.
Varada en el pantano,
sumida en el frío y la humedad,
me salieron branquias
y me sumergí profundamente.
Las especies que viven al fondo
me infundieron fuerza, esperanza, luz,
el amor de esas almas me fue heredado
con la misión de repartirlo.
Calor de almas viejas que acompaña
mi paso por la superficie
aunque a veces vuelva a sumergirme
para no olvidar mi origen.
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